Hoy es lunes y escribo desde una sala de espera de urgencias, a la espera de resultados y con dolores fuertes que van y vienen; a veces son más intensos, pero puedo sostenerlos.
Llevo atención a la respiración haciendo que las exhalaciones sean más profundas y largas que las inhalaciones… (esto es lo bueno de estar formada en mindfulness)
No tenía pensado escribir sobre esto, y mucho menos hacerlo en un hospital, pero ¿acaso no es la vida esto?
Y me viene a la mente: como Jon Kabat-Zinn, profesor emérito de medicina, pone siempre de ejemplo a Zorba el griego, y su extraordinaria capacidad de aceptar la “catástrofe total” de la vida.
Zorba, utiliza el baile para expresar sus emociones positivas y negativas. Nos invita a decirle: sí a la vida, y a enfrentarnos a cualquier cosa que esté acompañándonos en este momento. Aprender a danzar con la vida.
Imagen Pinterest.
“Vale la pena vivir la vida como si fuésemos a morir mañana … ¿O más bien vale vivirla como si nunca fuésemos a morir?”
Zorba el griego
Sí, es en estos momentos en los que me doy cuenta de lo vulnerables que somos, también de lo maravilloso que resulta estar vivo, y lo qué es mejor poder darse cuenta de ello. Por qué imagino que a ti también te pasará, que la gran mayoría del tiempo vivimos sin darnos cuenta y damos todo por supuesto.
Pensar que tener salud, estar bien, respirar… Es algo normal y común a todos. Está mañana antes de este suceso que me tiene aquí retenida y cultivando mi paciencia, me he levantado con muchas ganas de vivir, y especialmente de agradecer, sintiéndome tremendamente afortunada y feliz por disponer de un nuevo día, un nuevo mes… Y una nueva oportunidad para poder ser quien quiero ser.
He comenzado incorporando una nueva rutina de movimiento en mi mañana para conectar con el cuerpo, él que llama ahora mi atención a través del dolor, volviéndose la prioridad en mi agenda, y encargándose de tachar todo lo demás… Para eso ya habrá lugar.
Y es que, a veces es cuestión de rendirse a la vida, de no forzar, simplemente aceptar este momento tal y como es.
Ahora me sostengo, doy espacio al dolor y me ofrezco un cálido abrazo, como el que da una madre que cuida y ama.
Hoy mi mensaje es que apreciemos la vida que nos ha sido regalada, sea cual sea el escenario de la vida en el que nos encontremos, siempre podemos volver a nosotras, a nuestro lugar sagrado.
Con amor.
María